• | Comentario: |
| De todos los personajes relevantes que Lanzarote ha tenido en los tiempos modernos, el más popular de todos y el que mayor trascendencia ha tenido para la isla ha sido, sin duda, César Manrique. Incluso en el campo de la toponimia. Gracias a su genio, a su capacidad creativa y a la intervención que César tuvo en varios puntos de la isla, nuevos y viejos topónimos lanzaroteños se han convertido en puntos ineludibles de visita para todos los millones de turistas que llegan a ella: el Mirador del Río, la Cueva de los Verdes, los Jameos del Agua, el Jardín de Cactus y las Montañas del Fuego son nombres que quedarán para siempre en la memoria de quienes los visiten, tanto por lo que la naturaleza de Lanzarote puso en ellos como por el arte con que César Manrique los acondicionó y adornó. Y a ellos ha de sumarse un nuevo lugar, la Fundación César Manrique, con tantos atractivos para visitar como los anteriores, un nuevo nombre que se ha convertido ya en verdadero topónimo, tan topónimo como el lugar en que está ubicada, el Taro de Tahíche, que primero fue su propia casa, la más original casa que nadie pudiera imaginar, y hoy se ha convertido en la sede de la modélica Fundación que lleva su nombre.
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