| El término islote tiene en la toponimia de Lanzarote (y en su habla popular) dos referencias bien distintas: primero, la común de 'isla pequeña', que se da a las islas del archipiélago «chinijo» del norte, en su conjunto (y específicamente a Montaña Clara y Alegranza, y a las otras «isletas» de la costa de Arrecife (Islote de las Aves, I. de San Gabriel, El Islote) o de la costa de Tinajo (Islotito el Mariscadero y El Islotito); y segundo, la particular de Lanzarote, con referencia a un accidente del interior, de 'pequeño espacio de tierra cultivable rodeado totalmente de lavas volcánicas', como aplicación metafórica del sentido general primero a ese mínimo espacio de tierra útil (Trapero 1999: s.v.).
Los topónimos con esta segunda referencia, que son muchos (25 exactamente), aparecen sólo en los municipios de Tinajo y Yaisa, y en las zonas cubiertas por las lavas del Timanfaya, por lo que hay que suponerlos (a ambos, a los accidentes como tales y a sus correspondientes topónimos) de creación moderna, posteriores a las erupciones de 1730-36. El complemento con que suelen designarse estos Islotes, constituido generalmente por antropónimos (Islote Cho Gregorio, I. Cho Capote, etc.), denotan la vinculación a una propiedad. El más famoso de ellos es el Islote Hilario, en el mismo centro del Parque Nacional de Timanfaya, sobre el que se cuenta la leyenda que en él existía una higuera frondosa pero sin fruto, «porque nunca puede salir fruto del fuego». El término Islote con este segundo sentido ha sobrepasado los límites de Lanzarote y se ha instalado también como topónimo en la isla vecina de Lobos (Islote de Barreto e Islote de la Cárcel), y hasta en la parte más cercana de Fuerteventura, en el mun. de La Oliva (Islote Rodrigo, Islote Redondo, etc.).
|