Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Malpaís de la Vega
 

1696 de 3033 
 Municipio:  Haría
Identificación Territorial: Composición del suelo
Clasificación Descriptiva: Percepción geográfica del terreno
Naturaleza del terreno

Composición del suelo
  Glosario:
 

Malpaís // Malpéi // Malpeí // Malpéis : Terreno volcánico improductivo cubierto de lavas. En Lanzarote las variantes que más se oyen son malpéis y malpéi. Igualmente, en la toponimia de Lanzarote se diferencia el término malpéis, que es siempre un campo de lavas antiguas, con cierta vegetación, del término volcán, que designa al campo de lava reciente. El término malpaís es un canarismo prototípico, de creación canaria (luego exportado hasta América), justamente para designar una realidad inexistente en la Península pero muy abundante en todas las islas. Decimos que los malpaíses abundan en todas las islas, pero más que en ninguna en Lanzarote, a causa de las erupciones más importantes que ha habido en Canarias en tiempos históricos, ocurridas en los siglos XVIII y XIX.


Vega // Vegas // Vegueta // Veguetas : Una vega en la toponimia de Lanzarote es siempre una zona de cultivo, como también lo son las hoyas y las cercas y cercados. Pero el nombre de las vegas designan siempre lugares de mayor extensión y que son, de manera general, de propiedad comunal, por eso en la toponimia aparecen especificadas con el nombre de una localidad: Vega de Haría, V. de Mosaga, V. Máguez, etc.

Lo que sí llama la atención es el gran número de vegas y de veguetas que tiene la toponimia de Lanzarote, la que más, sin duda, de todo el archipiélago, y eso porque su geografía es la que proporciona mayor número de terrenos con las características que al término vega le otorga el Diccionario de la lengua española: «parte de tierra baja, llana y fértil». Es exactamente lo que Torriani advirtió a finales del siglo XVI, aunque sin nombrar la palabra vega: «Esta isla -escribe- tiene pocos barrancos, y entre las montañas se extienden hermosísimas llanuras, en donde el depósito de las aguas llovedizas y de las cenizas de aquellos volcanes, da una cosecha abundante de trigo y cebada» (1978: 288). Tan abundantes eran las cosechas en los años de lluvias que Lanzarote exportaba granos al resto de las islas, convirtiéndose, junto con Fuerteventura, en «granero» de Canarias.