Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Volcán de Tahíche

 Municipio:  Teguise
Identificación Territorial: Espacio pequeño
Clasificación Descriptiva: Morfotoponimia
Espacios complejos

Espacio pequeño
  Comentario:
 

Tahíche es término de origen guanche que se aplica en Lanzarote a muchos y muy diversos accidentes, aunque todos relacionados entre sí y pertenecientes a una misma región, más cercana a la capital actual de Arrecife pero de la jurisdicción de Teguise. La referencia principal actual es la de una localidad que en los últimos años está teniendo un acelerado desarrollo, pero desglosada además en tres asentamientos diferenciados: Tahíche Alto, Tahíche Bajo y Tahíche Chico. Después, la de la montaña perfectamente dibujada en sus perfiles de cono volcánico situada al este de la población; además, la de la vega destinada al cultivo que se sitúa al norte, la del volcán o campo de escorrentías lávicas recientes que se desarrollan al oeste como producto de la Montaña Oígue y el de la Maleza de Tahíche, una extensa llanura de terrenos incultos que se extiende al sureste. Finalmente está el Taro de Tahíche donde está ubicada la que primero fue casa particular del gran artista lanzaroteño César Manrique, hoy convertida en sede de su Fundación.


Si respetamos en este caso la escritura de la h intercalada es porque todavía en la pronunciación local de los más viejos del lugar se oye [taxíche]. Ese sonido velar se manifiesta también en la escritura que de este topónimo dio Madoz en su Diccionario geográfico (1986: 193), como Tagiche, al que otorga 4 entradas: a la aldea (entonces de 22 vecinos), a la montaña a cuyos pies «se halla sepultada la aldea», al término (de una legua cuadrada de superficie escabrosa, llena de pequeños cerros) y a la vega («que fue dada por los señores de la isla en cambio de la pella ó vegiga de que se hizo mérito en el art. Roque del Ámbar»). Y es de destacar que el mismo Madoz escribe Tajiche en el artículo dedicado a ese Roque del Ámbar (ibid.: 188).


Como Tagiche aparece en las relaciones de lugares poblados de Lanzarote tras el volcán de Timanfaya, y tanto en Antonio Riviere (1997: 194), que señala tenía entonces 20 vecinos, como en Viera y Clavijo (1982a: I, 794). Otras varias formas de escritura cita Wölfel de este topónimo (1996: 767-768) que vienen a incidir en la complejidad de la segunda sílaba, pero no ofrece ninguna hipótesis interpretativa.


Una interpretación directa del topónimo la encontramos en la Historia del pueblo guanche de Bethencourt Alfonso, que, por la autoridad del autor y del tiempo en que la hizo, nos merece mucho respeto. Dice que es tradicional entre los pastores de Lanzarote invitar a su ganado a beber con la interjección ¡Táji... táji!, que significa ¡bebe, bebe!, «de la que creen se deriva la palabra Tajiche, nombre de unas antiguas charcas donde llevaban a abrevar los rebaños. Ignoran porque [sic] de un siglo a esta parte se han agotado los referidos charcos, emplazados en la aldea o caserío de igual denominación» (1991: 278). Nos merece mucho respeto Bethencourt Alfonso, pero no nos convence la explicación onomatopéyica que da para este topónimo.

  Glosario:
 

Volcán : Curiosamente, siendo las Islas Canarias un territorio totalmente volcánico, el término volcán es extraño como topónimo aunque no como apelativo. La razón es obvia: la voz entra en el castellano muy tardíamente, a partir del siglo XVII, primero en la literatura y mucho más tarde en el habla popular, a partir del port. vulcâo, que en esa lengua se formó figuradamente sobre el lat. Vulcanus 'dios del fuego' (Corominas y Pascual: DCECH). Así que con razón volcán sólo puede estar aplicado en la toponimia de Canarias a aquellos «volcanes» surgidos después del siglo XVIII.

A su vez, dos acepciones distintas tiene este término en la toponimia de Canarias, en general, y de Lanzarote, en particular: la más extendida de 'terreno cubierto de lava', como malpaís, y la más restringida de 'cono volcánico', como montaña, pero en ambos casos con la particularidad de haber sido fruto de una erupción reciente. Ejemplos del primer uso son el topónimo Volcán del Malpaís (HA 4.124), en que quedan en oposición volcán y malpaís, para designar justamente la erupción más reciente dentro de un mar de lavas antiguas, y los topónimos respectivos de Montaña y Volcán de Tahíche, que se refieren, respectivamente, al edificio volcánico en sí y al mar de lavas de él derramado. Como ejemplo del segundo uso está el topónimo Volcán Nuevo (TO 8.134), en la zona de Tinguatón, fruto de las últimas erupciones habidas en la isla en el siglo XIX.



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