| Como testimonio del lugar de desembarco de la expedición normanda en la isla de Lanzarote en 1402 y como únicos restos de los emplazamientos que allí hicieron (un castillo o torre defensiva, una ermita, unos pozos y otras dependencias menores), quedan los llamados Pozos de San Marcial, en la desembocadura de un pequeño barranco que va a terminar en una playa llamados ambos, barranco y playa, precisamente de los Pozos. El lugar más genérico en que se ubican es el de Papagayo. Pero el lugar específico de los pozos es conocido también por el solo topónimo de San Marcial.
Especial importancia histórica tiene, pues, este lugar. No se ponen de acuerdo, sin embargo, en cuanto al número y nombre de los pozos, ni los documentos escritos ni las excavaciones realizadas ni la tradición oral. Según Tejera y Aznar (1989: 42), que hicieron excavaciones en la zona, los franceses hicieron cuatro pozos: los llamados de San Marcial (al pie del castillo), de la Cruz (por la misma vertical de la cruz en la colina de la iglesia, el que tiene los grabados con la diosa Tanit), de la Pila (por tener una pileta junto al brocal, también llamado Nuevo) y de las Cabras (que es el de uso más continuado, pero que no aparece en el corpus de Alvar). De esos cuatro, sólo los dos primeros han sido excavados modernamente. Según información oral recogida por nosotros hay uno al que se le llama de los Escalones, que debe de ser el primero de ellos, por tener escalones de acceso. Sin embargo, la documentación histórica de Lanzarote del siglo XVII (Bruquetas 2000: 257-258) habla de tres pozos «de San Marcial»: el primero es un pozo grande, «abierto, de bóveda antigua, con su pila»; el segundo otro pozo más arriba de éste, «que también fue pozo abierto»; y el Pozo de Marcos Luzardo, «que es más arriba de estos». Y sigue: «A estos pozos les pertenecen las entradas y salidas y la vaquería y cabronada del pueblo y las demás alimañas que del pueblo antiguamente suelen gozar las dichas aguas».
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