| Con este nombre de Ságamo se nombra en Lanzarote las calderas pertenecientes a la Montaña de la Vieja Gabriela, en el campo de lavas y malpaíses que hay entre El Golfo y Yaisa: Las Calderas de Ságamo, siendo extraños en este topónimo dos cosas: el plural que tiene el topónimo siendo un accidente individual (una única caldera) y que ésta reciba un nombre distinto al de la montaña a la que pertenece.
La identificación de este término como guanchismo es problemática. Wölfel recoge en sus Monumenta (1996: 591) el testimonio del erudito palmero Lorenzo Rodríguez que dice que la voz ságamo está viva en el habla popular de La Palma con el significado 'el corazón de las plantas'. Nada dice Lorenzo Rodríguez sobre el origen de esa voz, pero Wölfel la da, sin discusión alguna, por guanche aunque dice no haber encontrado paralelo alguno, ni siquiera lejano, desde el bereber. Sin embargo existe una gran abundancia de citas sobre esta voz en los estudios dialectales canarios, reunidos primero en el TLEC bajo las entradas ságamo y sámago y resumidos después en el DDEC. Dicen Corrales, Corbella y Álvarez en este último diccionario que ságamo es variante de sámago y que se usa en Tenerife con tres acepciones: la de 'hollejo', la de 'médula de los vegetales' y la de 'corazón de algunas frutas, como la pera o la manzana', y en Gran Canaria con la de 'parte interior del pírgano' (hoja de la palmera); y dicen expresamente al principio de la entrada que es portuguesismo o arcaísmo. Como la voz sámago figura en el DRAE como «albura o parte más blanda de las maderas que no es conveniente para la construcción», podría entenderse que los sentidos canarios se desarrollaron a partir de ella, aunque como dicen más explícitamente Corrales y Corbella en su DHECan lo más probable es que en Canarias entrara a partir del port. ámago por metátesis recíproca.
Ante esta evidencia lingüística es difícil proponer el origen guanche del término Ságamo de la toponimia lanzaroteña. Sin embargo, no es fácilmente explicable el significado de la voz española o canaria en el topónimo de Lanzarote, un lugar que por su naturaleza volcánica relativamente reciente carece de la más elemental vegetación. Más coherente parece ponerlo en relación con el término Yágamo (variante Yágabo) que da nombre a una vega del municipio de San Bartolomé, y éste de indudable origen guanche.
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