Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Vega de Mala
 

2951 de 3033 
 Municipio:  Haría
Identificación Territorial: Ámbito o elemento de cultivo
Clasificación Descriptiva: Poblamiento y explotación del territorio
Actividad agropecuaria

Ámbito o elemento de cultivo
  Comentario:
 

Nombre de una población del norte de la isla, de problemática etimología. Más que tener su origen en el adjetivo del español mala, muy impropio en las leyes toponomásticas para sustantivarse y dar nombre a una población, el topónimo debe proceder o estar vinculado a Tinamala, la montaña más alta cercana, éste de origen indudable guanche. Y sin embargo, en el mapa que dibujó P.A. del Castillo de Lanzarote en el siglo XVIII no aparece el pueblo, pero sí una Punta Mala en la costa de su demarcación. Si así hubiera sido, el nombre del pueblo bien podría haber derivado del calificativo de la punta costera, a la que ninguna «ley» toponomástica impediría ese adjetivo, de serlo en verdad. Pero creemos que P.A. del Castillo estuvo errado en su anotación: no se llamaba Punta Mala, sino Punta de Mala, como aparece en el mapa de Torriani, el primero que se hace con cierto detalle de la toponimia de la isla a finales del siglo XVII. Y en la documentación del Archivo de Teguise del siglo XVII se cita un pequeño «lugar» de Temala, perteneciente a la demarcación de Haría (Bruquetas 1997: 321), que podemos identificar con la actual Mala. Por tanto, nos inclinamos por un origen guanche del topónimo.

  Glosario:
 

Vega // Vegas // Vegueta // Veguetas : Una vega en la toponimia de Lanzarote es siempre una zona de cultivo, como también lo son las hoyas y las cercas y cercados. Pero el nombre de las vegas designan siempre lugares de mayor extensión y que son, de manera general, de propiedad comunal, por eso en la toponimia aparecen especificadas con el nombre de una localidad: Vega de Haría, V. de Mosaga, V. Máguez, etc.

Lo que sí llama la atención es el gran número de vegas y de veguetas que tiene la toponimia de Lanzarote, la que más, sin duda, de todo el archipiélago, y eso porque su geografía es la que proporciona mayor número de terrenos con las características que al término vega le otorga el Diccionario de la lengua española: «parte de tierra baja, llana y fértil». Es exactamente lo que Torriani advirtió a finales del siglo XVI, aunque sin nombrar la palabra vega: «Esta isla -escribe- tiene pocos barrancos, y entre las montañas se extienden hermosísimas llanuras, en donde el depósito de las aguas llovedizas y de las cenizas de aquellos volcanes, da una cosecha abundante de trigo y cebada» (1978: 288). Tan abundantes eran las cosechas en los años de lluvias que Lanzarote exportaba granos al resto de las islas, convirtiéndose, junto con Fuerteventura, en «granero» de Canarias.