| Algunos autores vienen a decir que el actual San Bartolomé de Lanzarote se llamaba en la época de los guanches Ajey, pero esto no parece ser del todo cierto. Entre la desaparición de Ajey (si es que, en efecto, fue poblado guanche) y el nacimiento de San Bartolomé debieron de pasar, al menos, dos siglos. Puede que el actual poblado se asentara en suelos del antiguo Ajey y que la actual denominación surgiera a partir de una ermita dedicada a San Bartolomé, pero no hubo, por tanto, sustitución toponímica. Prácticamente, el nombre de Ajey desapareció de la toponimia. En realidad, el nombre de Ajey nunca aparece escrito como topónimo en ninguna documentación antigua ni cartográfica, salvo en la relación de topónimos de Lanzarote de origen guanche que cita Bethencourt Alfonso (1991: 384). Y con la excepción del mapa de Torriani, aunque aquí sólo con la condición de que identifiquemos como Ajey la escritura que allí aparece como Teguei, estando incluso muy desplazado de su verdadera ubicación. Y sin embargo, esta es la interpretación que hace Pallarés, publicada en el semanario local Lancelot. De la misma manera que lo hizo Wölfel (1996: 761) a partir de la interpretación de Álvarez Rixo, quien dijo: «Algunos nombres de los aborígenes se van perdiendo, sustituyéndoles otros castellanos por distintas casualidades... Al de Agéy, pueblo de la isla de Lanzarote, San Bartolomé, por haberse edificado allí una ermita a la advocación de dicho santo» (1991: 32). La pervivencia de Ajey, como nombre, se debe más bien a que una agrupación folclórica de San Bartolomé lo adoptó para sí, aunque si fue así, sería porque el nombre debió quedar «sonando» en la tradición. El hecho es que en los últimos años se ha querido reconstruir el pasado, proponiendo para el pueblo el nombre de San Bartolomé de Ajey, y que tal propuesta se sometió a una especie de referéndum popular, sin que fuera aceptada.
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