| Arrecife es hoy la capital de la isla. El nombre de Arrecife es antiguo, pues figura desde los primeros textos sobre la isla, desde Le canarien, aunque con múltiples grafías (Arracife escribe Torriani, Arecife Briçuela/Cosala, Arresiffe P.A. del Castillo, y ya la forma actual Arrecife desde mitad del siglo XVIII), pero no como poblado, sino sólo como lugar geográfico caracterizado por lo que su nombre designa, una gran y muy irregular plataforma rocosa que se adentra en el mar y que, por tanto, sirvió de puerto: «Es el puerto más apacible y seguro de estas islas», escribió Fr. José de Sosa en el siglo XVII, mientras que un siglo más tarde Viera dijo de él que era «la mejor bahía de Canarias» . Justamente por esa configuración de la costa, el lugar sirvió como puerto de arribo a la isla (y, a la vez, como obstáculo para llegar a tierra, debido a «tantos bancos y escollos que ninguna nave enemiga puede acercársele para hacerle daño», como expresamente advirtió Torriani 1978: 289). Y así aparece una y otra vez en la cartografía antigua y en la documentación histórica, como el arrecife o como el puerto del arrecife. El tránsito de aquella realidad geográfica hasta la actual designación del topónimo fue un proceso lento: primero un puerto, después una pequeña población que se fue asentado en el lugar (ya citado como tal por Viera, a mitad del siglo XVIII) y finalmente como la capital en que se ha convertido de la isla es un hecho del siglo XIX. Y siendo a nuestro entender tan clara la etimología de arrecife y tan ajustado el nombre al lugar al que se aplica, por parte de Pallarés (2002) se pretende explicar el nombre a partir de una acepción etimológica de esta voz citada por Corominas y Pascual en su DHELC como 'calzada o camino empedrado'. Y lo mismo dice Sosa Barroso (2001), que así se llamó por ser la primera 'calzada' que tuvieron que hacer para andar por aquellos arrecifes.
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