Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Marina Rubicón
 

1735 de 3033 
 Municipio:  Yaisa
Identificación Territorial: Instalación o servicio marítimo
Clasificación Descriptiva: Comunicaciones
Marítimas y aéreas

Instalación o servicio marítimo
  Comentario:
 

El término Rubicón es uno de los primeros topónimos, si no el primero, que tuvo la isla tras la llegada de los europeos a la isla de Lanzarote a principios del siglo XV. Se lo pusieron los expedicionarios normandos al lugar en que desembarcaron y fijaron su residencia primera, en la zona de costa del suroeste de la isla. Se discute si el nombre pudo estar motivado por el color rojizo intenso que allí tienen las tierras o por el recuerdo de lo que significó el río Rubicón en la guerra de las Galias de César, trasladado a la aventura que los normandos habían conseguido en Lanzarote (Tejera y Aznar 1989: 27). Nosotros nos inclinamos más por la interpretación primera, porque Rubicón es -y fue desde el inicio- un cromotopónimo.


Al principio el término se usó sólo para designar al castillo que levantaron, luego se aplicó también al poblado, luego al obispado que se constituyó y finalmente a toda la zona sur. El poblado de San Marcial, el primer poblado europeo de Canarias, se fundó en 1402; tuvo castillo, iglesia, cementerio, puerto y pozos. La primera expedición de Jean de Bethencourt debió ser de unos 63 hombres, a los que hay que sumar los de la segunda expedición: 80 hombres de guerra y 23 mujeres.


Con el traslado del obispado del Rubicón a Las Palmas en 1485 empezó su decadencia. Hoy no hay allí más que unos pocos restos, incluso tapados, sin identificar del todo. Pero el topónimo San Marcial siguió apareciendo en la cartografía hasta el siglo XVIII. En Madoz (mitad del XIX) se dice sólo que es un territorio y cabo de montaña. Hasta hace unos pocos años, el núcleo habitado más cercano al antiguo emplazamiento de San Marcial era las Casas de Papagayo, hoy totalmente abandonadas y semiderruidas. Pero una fiebre constructiva y una especulación atroz están haciendo nacer cada día por toda aquella costa complejos hoteleros de proporciones gigantescas que transformarán por completo la paz en que siempre han vivido aquellos parajes.

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