| Peña // Peñalta // Peñas // Peñita // Peñitas // Peñón // Peñones : Ya llamábamos la atención en nuestro Diccionario de toponimia canaria (Trapero 1999: s.v. peña) de la superabundancia de Peñas en la toponimia de Lanzarote (102 topónimos hallamos con ese nombre), en proporción inversa respecto al topónimo Piedra en el resto del archipiélago. Las peñas, al contrario de las piedras, que son accidentes de costa, son todas del interior, elevaciones puntuales, generalmente en campos de malpaíses recientes, como producto de una fragmentación violenta de los ríos de lava y de un rápido enfriamiento. Por eso abundan especialmente en los malpaíses del volcán de la Corona, en el mun. de Haría. También en estos topónimos es frecuente que al término peña le continúe un antropónimo, en este caso como indicativo de la propiedad del terreno. En cierta medida, puede decirse que el término peña en la toponimia de Lanzarote cubre también la realidad que en otras islas es denominada por roque, y de ahí los poquísimos topónimos que hay con este término.
Y otra particularidad de las peñas de Lanzarote. Cuando una de ellas está aislada, en una cierta elevación, que se destaca como cresta en el alto, se llama entonces cabezo, de los que también hay varios en la toponimia de Lanzarote.
Roque // Roques // Roquito: Se llama roques a los dos más pequeños islotes que aparecen en el norte de Lanzarote, uno al este y otro al oeste, y de esa orientación reciben sus complementos toponímicos, además de otros pocos accidentes costeros caracterizados por ser rocas aisladas de grandes dimensiones. Pero es digno de destacarse la rareza de este término en la toponimia de Lanzarote (y de Fuerteventura), cuando tan abundante es en el resto de las islas, y eso porque el término roque es aquí sustituido por el de peña. Además, a los dos «roques» más sobresalientes de la costa de Lanzarote, los que están en su punta norte, no se les llama Roques, sino Fariones (término derivado de farallón).
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