Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Vega Yágamo
 

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 Variante 1: Vega Yágabo
 Municipio:  San Bartolomé
Identificación Territorial: Ámbito o elemento de cultivo
Clasificación Descriptiva: Poblamiento y explotación del territorio
Actividad agropecuaria

Ámbito o elemento de cultivo
  Comentario:
 

Con el extraño término de Yágamo o Yágabo, de origen guanche indudable, se nombra en Lanzarote unas vegas que bajan en un suave declive desde el pie de Montaña Mina, en el municipio de San Bartolomé, en dirección a Arrecife. Es un topónimo en franca decadencia, siendo su conocimiento exclusivo de los informantes más viejos del lugar. Necesariamente hay que ponerlo en relación con el término Ságamo que da nombre a unas calderas de Yaisa.


El escritor José Agustín Álvarez Rixo, que vivió en Lanzarote a mitad del siglo XIX, dejó unos apuntes de interés para este topónimo de Yágamo, que en la antigüedad pudo ocupar un espacio mucho mayor del que hoy se le asigna. Dice: «Algunos nombres de los aborígenes se van perdiendo, sustituyéndoselos otros castellanos... al desierto terreno en el Puerto del Arrecife, de la misma isla, nombrado Yagabo, el de Calle Nueva, por construirse una calle en aquel paraje el año 1805, hasta cuya fecha retenía el primero» (1991: 32-33)

  Glosario:
 

Vega // Vegas // Vegueta // Veguetas : Una vega en la toponimia de Lanzarote es siempre una zona de cultivo, como también lo son las hoyas y las cercas y cercados. Pero el nombre de las vegas designan siempre lugares de mayor extensión y que son, de manera general, de propiedad comunal, por eso en la toponimia aparecen especificadas con el nombre de una localidad: Vega de Haría, V. de Mosaga, V. Máguez, etc.

Lo que sí llama la atención es el gran número de vegas y de veguetas que tiene la toponimia de Lanzarote, la que más, sin duda, de todo el archipiélago, y eso porque su geografía es la que proporciona mayor número de terrenos con las características que al término vega le otorga el Diccionario de la lengua española: «parte de tierra baja, llana y fértil». Es exactamente lo que Torriani advirtió a finales del siglo XVI, aunque sin nombrar la palabra vega: «Esta isla -escribe- tiene pocos barrancos, y entre las montañas se extienden hermosísimas llanuras, en donde el depósito de las aguas llovedizas y de las cenizas de aquellos volcanes, da una cosecha abundante de trigo y cebada» (1978: 288). Tan abundantes eran las cosechas en los años de lluvias que Lanzarote exportaba granos al resto de las islas, convirtiéndose, junto con Fuerteventura, en «granero» de Canarias.