Investigaciones filológicas de canarias Fundación César Manrique Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
 
Lomo la Vega
 

1635 de 3033 
 Variante 1: Lomo de Pedro Luis
 Municipio:  Haría
Identificación Territorial: Elevación
Clasificación Descriptiva: Morfotoponimia
Relieve interior

Elevación
  Glosario:
 

Lomo // Loma // Lomas // Lomillos // Lomita // Lomitos // Lomos : En Canarias, a una elevación no puntual, sino longitudinal y prolongada, con altura descendente y con la cima redondeada, se le llama lomo; es el interfluvio de los barrancos, razón por la cual la abundancia en la toponimia de uno está en relación directa con la abundancia del otro, y en los dos casos, con el tipo de orografía que caracteriza a cada isla. La de Lanzarote muy poco «abarrancada» y, por tanto, con relativamente pocos lomos en su toponimia, si los comparamos con los que tienen las demás, incluida Fuerteventura. Tan sólo 63 topónimos hemos registrado. Y una curiosidad toponomástica: cuando el lomo es «de cresta afilada» (Hernández Pacheco 2002: 220) se llama cuchillo, y de ellos hay algunos ejemplos en la toponimia de Lanzarote.


Vega // Vegas // Vegueta // Veguetas : Una vega en la toponimia de Lanzarote es siempre una zona de cultivo, como también lo son las hoyas y las cercas y cercados. Pero el nombre de las vegas designan siempre lugares de mayor extensión y que son, de manera general, de propiedad comunal, por eso en la toponimia aparecen especificadas con el nombre de una localidad: Vega de Haría, V. de Mosaga, V. Máguez, etc.

Lo que sí llama la atención es el gran número de vegas y de veguetas que tiene la toponimia de Lanzarote, la que más, sin duda, de todo el archipiélago, y eso porque su geografía es la que proporciona mayor número de terrenos con las características que al término vega le otorga el Diccionario de la lengua española: «parte de tierra baja, llana y fértil». Es exactamente lo que Torriani advirtió a finales del siglo XVI, aunque sin nombrar la palabra vega: «Esta isla -escribe- tiene pocos barrancos, y entre las montañas se extienden hermosísimas llanuras, en donde el depósito de las aguas llovedizas y de las cenizas de aquellos volcanes, da una cosecha abundante de trigo y cebada» (1978: 288). Tan abundantes eran las cosechas en los años de lluvias que Lanzarote exportaba granos al resto de las islas, convirtiéndose, junto con Fuerteventura, en «granero» de Canarias.